domingo, 29 de julio de 2012

Día 86. 2ª parte. Misión cumplida.

... me dieron a firmar la aceptación de riesgos con respecto a la anestesia. Me estuvieron explicando como le coserían la nariz y yo les pregunté si podrían arreglarle por la parte de arriba de la misma, entonces me dijeron que habría que ver como quedaba la cosa después de esta primera operación. Les confirmé que lo castraran también y ellos me dijeron que en unos 20 minutos estaría listo todo, que esperara fuera. Cogí una revista del coche y me senté a esperar. En la sala de espera conocí a una pareja que había llevado a uno de sus gato para que lo curaran de una infección de orina. Me contaron que tenían dos gatos (machos) castrados, en un piso, y que tenían que dosificarles la comida porque son auténticos devoradores de alimento y que uno de ellos es capaz de abrir armarios con cerrojo, en busca de comida ¡¡tremendo!! Me estaba imaginando a Cris, ya castrado, con un fonendoscopio en las orejas, intentando abrir la caja fuerte de la Reserva Federal de Noruega para conseguir zamparse los mejores salmones del mundo mundial.


Salió uno de los cirujanos para visarme de que Cris ya estaba listo. Allí estaba, tumbado en la pequeña cabina de recuperación, aún aturdido pero con los ojos azules bien abiertos. Le habían puesto 4 puntos en la nariz y me enseñaron que aún le quedaba un orificio para respirar en la nariz, a parte del otro, claro. Sorprendido al verle el escroto, les pregunté porque yo pensaba que lo habría perdido por completo y bueno, me enseñaron las evidencias, ya que el escroto se mantiene pero se extrae el interior. Bueno, me estuvieron explicando que cuidados le tocaban ahora y me dieron la receta, para comprar los medicamentos en el mostrador de la clínica. Cris, que se espabilaba por segundos, empezó a tocarse la herida de la nariz y ...

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