viernes, 29 de junio de 2012

Día 66. El día de la bestia, casi.

Hoy ha tocado visita al veterinario. No lo tenía especialmente planeado pero los astros se han alineado y, por circunstancias de la vida, esta tarde tenía que ir cerca de la clínica así que he decidido acercarme a consultarle al veterinario/cirujano (a Pepe) lo que ya llevaba tiempo rondándome la cabeza. De camino a la consulta ha llorado un poco pero pronto se ha callado; Debe de sentirse extraño allí metido, porque no creo que su llanto se deba a que lo ha pasado mal en la clínica con anterioridad, porque no ha sido así en ninguna ocasión. Le he explicado al cirujano que la herida de la nariz no termina de cerrarse como debiera, le he contado que estornuda mucho y que moquea y ha decidido operarlo. Se ha vuelto a quedar sorprendido con lo bueno y manso que es. Me ha estado explicando como iba a ser la operación y me ha propuesto esterilizarlo también, aprovechando que tiene que pasar por el trance y riesgo de la anestesia (lo de la castración tengo que meditarlo bastante pero creo que será lo mejor para él). Lo ha pesado y se ha quedado gratamente sorprendido al ver que ha puesto peso. También me ha dicho que se va a quedar muy guapo cuando mude el pelo.

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