sábado, 30 de junio de 2012

Días 67, 68 y 69. Calor moderado.

Salvo la herida de la nariz (pendiente de la operación) todo lo demás está controlado. Sigo con el spray para la gengivitis, poniéndoselo a discreción. De la pequeña herida de la comisura de la boca me he olvidado un poco porque no ha ido a más y se le ha formado algo de costra, así que le estoy dejando a su aire, sin curársela, a ver que tal progresa. Creo que ya no se la rasca y eso es bueno.
Por la tarde ha estado haciendo un calor importante y para rebajar la temperatura del suelo de la azotea he regado. En dos ocasiones he aprovechado para pegarle un pequeño remojón a Cris. Así lo refresco un poco y consigo que se vaya quitando la suciedad que fue acumulando cuando estuvo en la calle. Cada vez tiene el pelo más limpio y la verdad es que no huele nada mal, es más, casi no huele.


viernes, 29 de junio de 2012

Día 66. El día de la bestia, casi.

Hoy ha tocado visita al veterinario. No lo tenía especialmente planeado pero los astros se han alineado y, por circunstancias de la vida, esta tarde tenía que ir cerca de la clínica así que he decidido acercarme a consultarle al veterinario/cirujano (a Pepe) lo que ya llevaba tiempo rondándome la cabeza. De camino a la consulta ha llorado un poco pero pronto se ha callado; Debe de sentirse extraño allí metido, porque no creo que su llanto se deba a que lo ha pasado mal en la clínica con anterioridad, porque no ha sido así en ninguna ocasión. Le he explicado al cirujano que la herida de la nariz no termina de cerrarse como debiera, le he contado que estornuda mucho y que moquea y ha decidido operarlo. Se ha vuelto a quedar sorprendido con lo bueno y manso que es. Me ha estado explicando como iba a ser la operación y me ha propuesto esterilizarlo también, aprovechando que tiene que pasar por el trance y riesgo de la anestesia (lo de la castración tengo que meditarlo bastante pero creo que será lo mejor para él). Lo ha pesado y se ha quedado gratamente sorprendido al ver que ha puesto peso. También me ha dicho que se va a quedar muy guapo cuando mude el pelo.

jueves, 28 de junio de 2012

Día 65. Un paso más.

El día ha transcurrido con normalidad. Ya por la noche, he puesto en su plato metálico algo de comida de lata (de esa para perros que tanto le gusta) y le he abierto la puerta del “apartamento” con la intención de que me siguiera. Se trataba de un experimento porque era la primera vez que lo dejaba completamente en libertad (bueno, libertad vigilada, como la que sale en las pelis americanas, aunque este gato no sea culpable de nada, claro). Ante mi asombro, me ha seguido hasta el baño, que está en la 1ª planta. Le ha costado un poco, pero gracias al socorrido “pssssssss psssssss pssssss ...” que le he susurrado y a enseñarle el plato con su comida favorita, ha llegado a su destino. Cuando bajaba por las escaleras, el bueno de Cris luchaba contra el fuerte instinto felino de la curiosidad extrema. Giraba la cabeza a uno y otro lado pero al final me miraba, dudaba y me seguía, tal vez porque así se sentía más seguro, el muchacho.

miércoles, 27 de junio de 2012

Días 61, 62, 63 y 64. Garrapatas.

La herida de la comisura de la boca, en el lado izquierdo, no se le cura porque se rasca y se va quitando la postilla, una y otra vez. La de la nariz parece, sólo parece, que se va cerrando pero hay una zona que sigue exactamente igual y no me gusta nada. Parece que la gengivitis está mejor. Y bueno, se me olvidaba, no he vuelto a encontrarle ninguna garrapata más ¡¡¡menos mal!!! Tenía muy pocas pero no lo puedo evitar, odio a las garrapatas, y mira que son seres vivos también pero ... me dan tela de coraje (bastante más que las cucarachas, si señor). Más adelante creo que le pondré algún tipo de insecticida específico, de esos anti-pulgas y garrapatas, pero por ahora, como no sale a la calle y no está en zona de riesgo, creo que voy a esperar para no liarlo más.

martes, 26 de junio de 2012

Día 60. Comida voladora.

Por circunstancias de la vida y asuntos técnicos, he tenido que descolgar por un rato el nido que puse hace muuuuuuchos años en una de las paredes de la azotea. Dentro había dos polluelos, ya bien creciditos, de gorrión. Los pequeños aventureros, sin pensárselo dos veces, se tiraron desde el nido y se pusieron a revolotear por allí. Cris, como buen felino, estaba alerta y, si no me ando rápido, casi se zampa a uno de los infantes voladores que, en su huida desenfrenada, se chocó contra la guarida del tigre. No es la primera vez que veo la reacción instintiva de un gato doméstico ya que las dos mías, y en especial Azul, se convierten en auténticas panteras cuando huelen/ven comida viva de un tamaño acorde a sus dimensiones gatunas. En el caso de Cris, era de esperar pero me pilló de sorpresa y, bueno, tuve suerte y pude salvar al avecilla. Cogí a los dos gorriones y los puse en una jaulita para pájaros hasta que pude devolverlos a su casita, en la pared.

miércoles, 20 de junio de 2012

Día 59. Mucho mejor.

Cris ya se ha hecho a la azotea (concretamente, a su chiringuito) y al cuarto de baño. Tiene totalmente controlados los cajones de arena que tiene en ambos lados y ya no ha vuelto a orinarse en su cama. Sigue durmiendo en el baño porque aún sigue refrescando por la noche y no me atrevo a dejarlo allí, sobre todo porque, con lo de la nariz, estornuda y moquea y no quiero que vaya a más. Últimamente, cuando abro la puerta del baño por la mañana temprano, para subirlo a la azotea, no lo estoy encontrando tumbado en su cama, me da en la punta de la nariz que está durmiendo en el suelo o sobre la tapa del inodoro (a ver si le busco algún cojín y lo pongo ahí para que está más cómodo).

lunes, 18 de junio de 2012

Día 58. Calorazo.

Las temperaturas están empezando a subir en la ciudad pero como Cris está recuperado de casi todo, me he aventurado a volverlo a dejar en la azotea por la mañana, hasta después de comer. Ya le ha cogido el gusto al pienso seco y entonces se lo puedo poner en la azotea, sin temor a que se estropee, como podría pasar con la comida fresca que, en este tiempo no dura a penas al aire libre.

domingo, 17 de junio de 2012

Día 57. Controlado.

Por ahora, el plan diario empieza temprano. Lo subo a la azotea, donde tiene su amplio apartamento, y le pongo su plato de comida seca. Me aseguro de que el cacharro con agua fresca lo tiene bien lleno. Cuando aprieta el calor lo bajo un rato al baño, hasta que empieza a aflojar la temperatura y, entonces, lo vuelvo a subir a su chiringuito, pero antes le pego una regada al lugar para rebajar un poco el calor acumulado. Ya, por la noche, lo devuelvo al baño e inicio el protocolo médico. Sigo con las curas de la herida de la nariz, que no ha vuelto a supurar, pero con menor frecuencia para darle tiempo a la creación del nuevo tejido. No se, no se, ... ¿se terminará de cerrar el agujero? ¡¡Uf!! es una duda que me inquieta. La gengivitis se ha reducido y ya no he vuelto a encontrar sangre en la zona ¡¡genial!! Cada vez que le hecho el antiséptico en la boca, ahí donde tiene la infección, se ve que no le hace mucha gracia porque se retira. Bueno, la verdad es que no conozco a ningún gato que se deje trastear la boca, y éste, a pesar de ser tan noble, no iba a ser menos.


jueves, 14 de junio de 2012

Días 54, 55 y 56. Comiendo seco.

La verdad es que es todo un avance poder ponerle comida seca (coquetas pequeñitas, con formas diversas, a base de verduras, carne, pescado, ...) al bueno de Cris. He estado probando con la fiera durante el fin de semana y, lejos de hacerle asco, ha estado comiendo. Para no hacerle el cambio demasiado brusco, también le he puesto, en algunos momentos del día, algo de comida fresca (la de lata que le he estado poniendo hasta ahora). También lo he hecho porque está claro que al principio no comerá mucho de lo nuevo y tampoco quiero que se me desnutra y retrocedamos en todo lo que hemos avanzado ya. La herida de la cabeza ya se curó por completo y está cubierta de pelo por completo. Las dos de las patas están curadas y en fase de crecimiento de pelo. Una de ellas, la que era más grande, ya a penas se ve. Lo importante es que ya no le duelen.

Día 53. Refrescando.

Respecto a la reciente movida de Cris y su moflete derecho, creo que ya está la cosa controlada. Esta mañana me esperaba para el desayuno con los dos ojos bien abiertos y maullando. Le he puesto algo de comida fresca pero no se la ha comido toda, la verdad es que ha comido poco. Bueno, no me preocupa de momento esto porque a otras horas del día está comiendo bien, a pesar de la molestia que debe de tener en la boca, por culpa de la gengivitis.

miércoles, 6 de junio de 2012

Día 52. Normal, dentro de lo que cabe.

La mañana ha transcurrido en el baño para el bueno de Cris, porque sigo sin fiarme de dejarlo hasta después de comer en la azotea, ya que empieza a hacer bastante calor a partir de las 12:00. Confiado de que no se tocaría la herida de la boca, lo he dejado sin el collar isabelino. Por la tarde, le he pegado un buen regado a la azotea y lo he subido con algo de comida fresca (esa para perros que tanto le gusta. Espero que no se me convierta en uno de ellos, sería toda una decepción, aunque marcase un hito importante en la historia de la evolución animal). Antes de irme a la cama, lo he bajado a su baño para curarlo. Me he puesto la ropa de tarea, me he sentado en el báter y lo he cogido en brazos, para arroparlo un ratito, como se hace con los bebés, ya que el pobrecillo estaba faltito de cariño. Después de un largo, profundo y agradecido ronroneo, me he puesto con la tarea de enfermería. En la encía que tiene mala, con gengivitis, he encontrado algo de sangre, supongo que será normal, en este caso. A duras penas se la he limpiado con un bastoncillo y algo de papel higiénico, porque estaba un poco molesto y, la verdad, no le gusta mucho que le trastee la boca y ande abriéndosela. La verdad es que, con esos colmillos que tiene, da un poco de yuyu andarse con bromas, sobre todo cuando empieza a mover el rabo (primer aviso).

Día 51. De fiesta.

Y como es preceptivo en un día festivo, me he levantado un pelín tarde. Cris ha pasado la noche en el baño (para los que se incorporan ahora al blog, no es que haya estado indispuesto toda la noche, sino que el baño es una de las dos dependencias que ocupa el pequeño tigre, alternándola con la azotea). Antes de desayunar, lo he subido a su ático particular, le he puesto algo de comida fresca y se ha quedado allí disfrutando del aire fresco de la mañana. Al mediodía, cuando ha empezado a apretar el calor, lo he devuelto al baño y le he apagado la luz para que descansara un rato. Ya por la tarde, en torno a las 20:00, le he pegado una buena regada a la azotea para refrescarla y luego he vuelto a subir a la fierecilla peluda a su chiringuito. Allí ha estado hasta tarde, entonces lo he vuelto a transportar al baño, para las reparaciones pertinentes (limpieza de herida de hocico y boca, puesta de colirio en ojo y herida nasal, puesta de Betanide en la herida de la boca y puesta de antiséptico en la encía derecha). Después de las curas, otra vez el collar isabelino y ¡¡a dormir!! que mañana será otro día.

domingo, 3 de junio de 2012

Día 50. Parece que mejor.

Esta mañana, al encender la luz del baño y abrir la puerta, me lo he encontrado subido en el borde de la bañera. Nada más verme ha empezado a maullar porque estaba hambriento, entonces le he quitado el “gorro” (collar isabelino), le he puesto media lata de comida para perros (unos 150g) y me he ido a desayunar mientras que se la comía. Antes de marcharme al trabajo he vuelto a asomarme y no se lo había comido todo. Le he retirado el plato y le he vuelto a colocar el “gorro” porque no me fío de él y estoy seguro de que va a volverse a rascar la herida de la boca.
Me preocupa el agujero de nariz, no las tengo todas conmigo y me da por pensar que quizás necesitara algo de cirugía reconstructiva para recomponerle la fosa nasal y que pueda respirar bien. Tal vez espere unos días a ver como evoluciona y va recuperándose la herida, y entonces ya veré si es cuestión de proponérselo al cirujano veterinario.

Día 49. En reserva.

Hasta que no se le termine de bajar la inflamación del moflete derecho que, por cierto, esta mañana estaba bastante más reducida, no me fío de dejarlo en la azotea. Le he quitado el collar isabelino, le he puesto algo de comida y lo he dejado en el baño, con la luz encendida. Por la tarde, de vuelta a casa, he parado en el super para comprarle 8 latas de comida para perro (esa que probó el otro día y le gustó tanto) y le he puesto una que se ha zampado sin contemplación. Como la tarde estaba relativamente fresca, he regado la azotea y lo he subido allí hasta la noche. Luego lo he devuelto al baño, lo he curado y ¡¡eah!! a dormir, que mañana será otro día.