Cris empieza a ser ya todo un señor Don gato, con el peso que ha puesto hasta la fecha. Espero que no llegue a convertirse en un tigre, al menos hasta que alguien lo adopte, y en una de éstas me devore enterito. Las heridas de las dos patas están bastante mejor, casi curadas por completo (la de la muñeca izquierda casi no se ve ya); supongo que el hecho de que ahora puede lamerse a conciencia está ayudando.
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